Máscaras japonesas

Dialéctica. Martín Glozman

Foto: Finan Akbar on Unsplash

DIALÉCTICA

Martín Glozman

 

Pude darme cuenta que la dialéctica de cada une es la dialéctica de todes.

 

La dialéctica entre profundizar en la experiencia, la búsqueda de la verdad, y la necesidad de hacer de esa búsqueda algo atractivo para que sea escuchado y compita en el mercado.

 

Esa dialéctica instalada como problema existencial en cada individue es una dialética igual para todes.

 

Y que desde el punto de vista existencial es bueno saberlo.

 

Horadar en la piedra, el tiempo, el momento, la escritura, la vejez, la vista de los ojos.

 

Hoy me desperté con la vista cansada.

 

Es bueno saberlo por una cuestión de confianza.

 

Creer que nos comunicamos en la verdad y que accedemos a la verdad de les otres, pero que les otres también se equivocan en su propia dialéctica de construcción de lo posible. Todo es falible, y aun así valeroso en su dialéctica.

 

Construimos juntes un modo de comercializar nuestros contenidos, siendo fieles a ellos y sin caer en el mercado vacío.

 

Un puente.

 

Pienso en el mercado de una feria en medio oriente donde se venden metales naturales labrados en pulseras de bronce con formas de serpientes y otros posibles animales.

 

Todo depende de los vínculos, lazos, tejidos, labrado de la tierra, metafórica y real.

 

Solo con eso ya podríamos vivir, con trabajo y tiempo, familia, y amigues, cultura.

 

Faltaría el dinero para ser lo que somos.

 

Somos lo que somos.

 

Faltaría el dinero para escalonar las acciones en un reloj de arena.

 

Separar, valorar, jerarquizar.

 

El dinero.

 

Una forma de escandir el verso.

 

Un modo de comercializar.

 

De llegar a más gente. De sacrificarse por algo a cambio.

 

Algo bestial, que dice lo que tenés, lo que debés, lo que te falta.

 

Algo que da privilegios y que deja en la calle.

 

Marco de una sociedad que lo alberga y lo permite como ley de mercado, que lo regula todo. Ley de un modo de poder, poco alineado con las ideas de verdad y profundidad, sino de éxito y de intercambio.

 

En un linyera hay tanta verdad como en quien vive en una torre, aunque ya le quede su cuerpo. Pienso, ahora, en los cínicos que señala Foucault en el Coraje de la verdad, iban a las fronteras antropológicas del ser humano y la ciudad para vivir algo esencial, y traer de allí las últimas consecuencias.

 

El linyera como vanguardia.

 

La verdad va más allá de la vida y de la muerte, es más profunda que los límites.

 

Cómo decirla. Cómo comunicarla, cómo vivir según ella.

 

Ese es el imperativo, en una sociedad donde dicta el lenguaje del éxito, del poder, del intercambio monetario. Porque es eso lo que te permite vivir. Lo que dice cuáles son los parámetros sociales. Y ese dictado va a contrapelo de la verdad.

 

La dialéctica consiste, no en una competencia entre estos modos de poder, simbólico y material, sino en su articulación intrínseca y complementaria. Se deben el uno al otro. El postmaterialismo histórico implica que lo simbólico puede modificar lo material, y no al revés. Y que la dominación del hombre por el hombre no se debe a lo material, sino al sometimiento del hombre por el hombre en todo sentido y en todo concepto. En toda esfera social.

 

Hay muchas tradiciones de lectura en esta dirección. Como Dostoievski. Pero estas corrientes alternas son dos formas de ver el mismo tema, son complementarias.

 

 

Aquel que encuentra una verdad en su trabajo con los materiales debe lograr salir a la sociedad para intercambiarla por otras verdades, y es esa la lógica del intercambio. Las redes sociales, los likes, los me gusta. Una imagen que todes construimos y de la que todes en cierta medida descreemos.

 

Manejar el arte del like. Como una ceremonia del te antigua.

 

Una estética en danza, entre lo que se ve y lo que es, en el seno de lo público.

 

Esta doblez se desarrolla en toda la modernidad, siglos XIX y XX. Posiblemente ya entre antiguos socráticos y sofistas.

 

Reconocerla como propia en cada une, como equilibrio dinámico entre dos caras de la misma moneda, que en un sentido oriental quizás logremos que sea un yin yang, o por qué no un pa-kua.

 

 

Si la dialéctica está en cada une, no es una oposición entre rivales.

 

Es un desdoblamiento de lo real.

 

Que se puede integrar en la dinámica intrínseca y en relación.

 


Martín GlozmanMartín Glozman, escritor, editor, docente (Buenos Aires, 1979) es Licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires y Magister en Escritura Creativa por la UNTREF. Publicó los libros Salir del Ghetto, Help a mí, No hay cien años y Documento de María. Coordina la Plataforma de difusión y desarrollo de literatura La copa del árbol donde realiza además talleres de escritura creativa. Dicta talleres de escritura académica en la Universidad Nacional General Sarmiento.