Foto: Med Badr Chemmaoui on Unsplash
FRANCO TORRES
Termine rápido de comer, con una velocidad que si me viera mi abuela me retaría. Levanté los platos y le hice un gesto a mi papá de silencio mientras iba rápido a mi habitación. Ya tranquilo, encerrado, conecté los auriculares al celular y esperé dos minutos a que se hagan las 13:45 para llamarla. Con la ansiedad que me caracteriza, marqué el número. Ni bien cambió el 4 por el 5 y dije un “hola” tímido.
Ella con su dulzura característica me preguntó cómo estaba, y yo, con desgano, le dije: “como puedo, sin ganas de hacer nada”.
Con algo de seriedad me interpeló cuestionando los hábitos que tenía durante la cuarentena, recomendando cambiarlos para que pueda transcurrir esta situación.
Con vergüenza le dije que estaba todo el día tirado, que me la pasaba durmiendo, mirando la compu o usando el celu para que pase el día, lo más rápido posible.
Preocupada, me volvió a sugerir buscar actividades para hacer, así me podía sentir mejor conmigo, y buscar algo que me motive, haciendo referencia a una charla que habíamos tenido la sesión anterior.
Luego de conversar sobre mí, con un tono entusiasta me dijo que encontró un taller de escritura en el que me recomendaba participar, ya que me iba ayudar a retomar la imaginación que había perdido durante la cuarentena.
En el momento le dije que después lo veía y que si me interesaba iba a probar, pero esa respuesta fue para cambiar de tema porque la respuesta ya la tenía.
Cometí el error de comentárselo a mi abuela que, con entusiasmo, me convenció para que lo hiciera.
No sé por qué cuando aparece una actividad o cualquier cosa nueva en mi vida, la respuesta siempre es automática, un “NO” rotundo.
Franco Torres, nació en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina en 2002. Es un soñador nato, con creatividad y apasionado con lo que se proponga. Viene de una familia trabajadora y, en su mayoría, dedicada a la educación. Vivió gran parte de su vida en el barrio de flores. Hoy en día estudia para ser licenciado en comunicación social en la Universidad de Buenos Aires y ejerce como docente de nivel primario.
La escritura llego a su vida a partir de la realización de un taller dentro de la copa del árbol y eso lo hizo conectar con sus problemas, su realidad y desde luego que con su creatividad.