Gotas de rocío sobre el pasto

La lengua de la llanura. Carlos Battilana

Foto: Aaron Burden on Unsplash

 LA LENGUA DE LA LLANURA

Carlos Battilana

Estos poemas pertenecen a La lengua de la llanura, Ed. Caleta Olivia.

 

  

Principio del fuego

 

Sola, entre las piedras, en medio del macizo serrano,

acomoda

un atado

de pastos y yuyos.

 

Aquí comienza el origen del fuego.

 

Hace

sin inmutarse,

sin realmente estar mortificada,

algo con la voz

como si tuviera una fuerza descomunal:

 

explora ese país implacable

cuyos elementos

recuerdan

la palabra

desolación.

 

Toma ánimo del aire,

y también del frío de la mañana.

 

Mira alrededor, al modo de un sol negro organizándose.

 

Parece improbable, pero no.

De ese fondo oscuro

-es de allí-

que adquiere

la fe.

 

 

  

Enigmas

 

Antes

en la estepa ventosa,

ella escrutaba,

como si trajera una larga visión infantil,

los días que vendrán.

 

Ahora observa las piedras alrededor. Una a una. Despreocupada.

 

El futuro -dice- es un pequeño territorio

que se mira con afecto,

amorosamente

 

y sin verdadera comprensión.

 

 

 

Nocturno

 

Liviano ante las ruinas de este jardín,

el aire

que atravesó ciudades y ríos

roza la superficie. ¿Qué

fatiga, qué bellísima fatiga

nos disuelve?

 

En esta tarde de junio

de un cielo plomizo

dejo atrás lo que viví,

y el escaso margen que queda,

el frío

es

-sabemos-

una llama blanca

que encenderá una letra, una voz y

una caligrafía

con que se pueda escribir

eso que cada uno,

a su modo,

conoce:

 

que las horas y los días,

que las lluvias torrenciales

son apenas

hechos pasajeros

 

que más allá

de sus destrozos,

los temporales pueden dotar de fuerza

a los seres

inmersos

en su estruendo

 

y que el olvido,

que todo lo arrasa

y todo lo ve,

no tiene fin

 

que, a pesar de todo,

las tempestades

pueden volverse benignas

como animales nocturnos

disolviéndose.

 

 

 

 

Playa sola

 

Sitiado por ruidos y

tensiones

que hicieron

su peor labor

en la casa del dañado,

sale a la playa

más leve

más alta

más suave de la costa

y espera las luces primeras

del día

en busca de lo que aún

no reconoce del todo

y ni siquiera

sabe

cómo pronunciar.

 

 

 

Canción

 

La luz del desierto

en la línea del horizonte

puede ser

un espejo.

Si pudiera,

tomaría

ese fuego que arde

aún

en algún lugar

de los días:

 

luna vieja que tragó el agua.

 

Hacemos una hoguera

como si se tratara de una lengua compartida

de troncos, matorrales

y rastrojos

al borde del mar.

 

Luna vieja que tragó el agua: así -dicen-  nació el sol.

 

 

 

 

Antes

 

Piensa que cada

región de la llanura

es una extensión

de arbustos, zanjas y lagunas

 

aves, ríos

y restos de barro

 

paja seca.

 

Esa línea infinita

que se ve en el horizonte

tendrá

la luz del desierto.

Nada cesa

en este sitio: ni un poco de aire

ni el fuego ardiente

de la quietud matinal.

 

No cesan las lluvias

ni tampoco la transparencia del sol

al otro día.

 

Entre las luces últimas

sucede una historia

que es como un líquido

corriendo

al medio del pecho.

En las márgenes del río,

muy cerca,

se abrazan

dos adolescentes. Se ríen, aprovechan

el aire

alrededor. Se acarician apenas desnudas, vuelven a reír.

Caminan, corren

 

parecen no tener miedo

a la mutua fascinación.

 

 

 

 

La lluvia

 

Ramas que la lluvia arrojó

al borde del río. Alguien,

sin que lo vean, toma un palito

y traza sobre la arena

un signo frágil

que es -sin embargo- fuerza

imborrable

por el que se fue

por el que

sin decir adiós

ni anunciar su partida

disolvió su nombre

-hace instantes-

entre las hojas y los árboles.

 

 

 

 

 

Lecciones de botánica

 

Pequeñas hojas amarillas

caen

en los bordes del lago.

Pronto

el viento fuerte

del otoño

desmantelará

la inmensa gramilla

verde. La brisa

ahora

parece insignificante

pero es llamativa

su voluntad.

 

 

 

 


Carlos BattilanaCarlos Battilana: Es autor de El fin del verano (Siesta, 1999), La demora (Siesta, 2003), Materia (Vox, 2010), Velocidad crucero (Conejos, 2014) y Una mañana boreal (Club Hem, 2018), entre otros. La editorial Caleta Olivia publicó su poesía reunida con el título de Ramitas (2018). En 2020 publicó Luz de invierno, que incluye una selección de sus poemas (Vera Cartonera, Universidad Nacional del Litoral). Sus poemas han aparecido en antologías argentinas y latinoamericanas. Realizó la compilación y el prólogo de las crónicas periodísticas de César Vallejo reunidas en Una experiencia del mundo (Excursiones, 2016). Publicó el libro de ensayos El empleo del tiempo. Poesía y contingencia (El Ojo del Mármol, 2017). En co-autoría escribió el prólogo a Nuestra América de José Martí (Biblioteca del Congreso, 2019). Se desempeña como docente universitario. Ejerció el periodismo cultural. Nació en Paso de los Libres (Corrientes) en 1964. Reside en Buenos Aires. Estos poemas pertenecen al libro inédito La lengua de la llanura.