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LA LENGUA DE LA LLANURA
Estos poemas pertenecen a La lengua de la llanura, Ed. Caleta Olivia.
Principio del fuego
Sola, entre las piedras, en medio del macizo serrano,
acomoda
un atado
de pastos y yuyos.
Aquí comienza el origen del fuego.
Hace
sin inmutarse,
sin realmente estar mortificada,
algo con la voz
como si tuviera una fuerza descomunal:
explora ese país implacable
cuyos elementos
recuerdan
la palabra
desolación.
Toma ánimo del aire,
y también del frío de la mañana.
Mira alrededor, al modo de un sol negro organizándose.
Parece improbable, pero no.
De ese fondo oscuro
-es de allí-
que adquiere
la fe.
Enigmas
Antes
en la estepa ventosa,
ella escrutaba,
como si trajera una larga visión infantil,
los días que vendrán.
Ahora observa las piedras alrededor. Una a una. Despreocupada.
El futuro -dice- es un pequeño territorio
que se mira con afecto,
amorosamente
y sin verdadera comprensión.
Nocturno
Liviano ante las ruinas de este jardín,
el aire
que atravesó ciudades y ríos
roza la superficie. ¿Qué
fatiga, qué bellísima fatiga
nos disuelve?
En esta tarde de junio
de un cielo plomizo
dejo atrás lo que viví,
y el escaso margen que queda,
el frío
es
-sabemos-
una llama blanca
que encenderá una letra, una voz y
una caligrafía
con que se pueda escribir
eso que cada uno,
a su modo,
conoce:
que las horas y los días,
que las lluvias torrenciales
son apenas
hechos pasajeros
que más allá
de sus destrozos,
los temporales pueden dotar de fuerza
a los seres
inmersos
en su estruendo
y que el olvido,
que todo lo arrasa
y todo lo ve,
no tiene fin
que, a pesar de todo,
las tempestades
pueden volverse benignas
como animales nocturnos
disolviéndose.
Playa sola
Sitiado por ruidos y
tensiones
que hicieron
su peor labor
en la casa del dañado,
sale a la playa
más leve
más alta
más suave de la costa
y espera las luces primeras
del día
en busca de lo que aún
no reconoce del todo
y ni siquiera
sabe
cómo pronunciar.
Canción
La luz del desierto
en la línea del horizonte
puede ser
un espejo.
Si pudiera,
tomaría
ese fuego que arde
aún
en algún lugar
de los días:
luna vieja que tragó el agua.
Hacemos una hoguera
como si se tratara de una lengua compartida
de troncos, matorrales
y rastrojos
al borde del mar.
Luna vieja que tragó el agua: así -dicen- nació el sol.
Antes
Piensa que cada
región de la llanura
es una extensión
de arbustos, zanjas y lagunas
aves, ríos
y restos de barro
paja seca.
Esa línea infinita
que se ve en el horizonte
tendrá
la luz del desierto.
Nada cesa
en este sitio: ni un poco de aire
ni el fuego ardiente
de la quietud matinal.
No cesan las lluvias
ni tampoco la transparencia del sol
al otro día.
Entre las luces últimas
sucede una historia
que es como un líquido
corriendo
al medio del pecho.
En las márgenes del río,
muy cerca,
se abrazan
dos adolescentes. Se ríen, aprovechan
el aire
alrededor. Se acarician apenas desnudas, vuelven a reír.
Caminan, corren
parecen no tener miedo
a la mutua fascinación.
La lluvia
Ramas que la lluvia arrojó
al borde del río. Alguien,
sin que lo vean, toma un palito
y traza sobre la arena
un signo frágil
que es -sin embargo- fuerza
imborrable
por el que se fue
por el que
sin decir adiós
ni anunciar su partida
disolvió su nombre
-hace instantes-
entre las hojas y los árboles.
Lecciones de botánica
Pequeñas hojas amarillas
caen
en los bordes del lago.
Pronto
el viento fuerte
del otoño
desmantelará
la inmensa gramilla
verde. La brisa
ahora
parece insignificante
pero es llamativa
su voluntad.
Carlos Battilana: Es autor de El fin del verano (Siesta, 1999), La demora (Siesta, 2003), Materia (Vox, 2010), Velocidad crucero (Conejos, 2014) y Una mañana boreal (Club Hem, 2018), entre otros. La editorial Caleta Olivia publicó su poesía reunida con el título de Ramitas (2018). En 2020 publicó Luz de invierno, que incluye una selección de sus poemas (Vera Cartonera, Universidad Nacional del Litoral). Sus poemas han aparecido en antologías argentinas y latinoamericanas. Realizó la compilación y el prólogo de las crónicas periodísticas de César Vallejo reunidas en Una experiencia del mundo (Excursiones, 2016). Publicó el libro de ensayos El empleo del tiempo. Poesía y contingencia (El Ojo del Mármol, 2017). En co-autoría escribió el prólogo a Nuestra América de José Martí (Biblioteca del Congreso, 2019). Se desempeña como docente universitario. Ejerció el periodismo cultural. Nació en Paso de los Libres (Corrientes) en 1964. Reside en Buenos Aires. Estos poemas pertenecen al libro inédito La lengua de la llanura.